Es chico, pesado y callejero.
No me quiere
Sólo quiere a mi mamá, pero ella no está, anda de viaje.
El perro esta bajo mi cuidado.
Por lo menos ahora no me muerde, pero sus pulgas me están matando.
Ahora, esta ahí acostado, soñando, roncando de lo más relajado.
Y yo, rascándome.
Una semana de perro.
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Me has dibujado una sonrisa, pronto pasaré por tu blog ha hacer lo mismo, un beso Ignacia ♥